Destruye la Radio

domingo, febrero 25, 2007

El diario secreto de Laura Palmer (Jennifer Lynch, 1990) Fragmento 1 (22 de Julio de 1984)


22 de julio de 1984

Querido diario:

Me llamo Laura Palmer, y hace tres minutos que he cum­plido oficialmente doce años. ¡Es 22 de julio de 1984 y ha sido un día estupendo! Fuiste el último regalo que abrí y no veía la hora de subir a mi cuarto para empezar a contártelo todo sobre mí y mi familia. Tú serás en quien yo más confíe. Pro­meto contarte todo lo que ocurra, todo lo que sienta, todo lo que desee. Y absolutamente todo lo que pienso. Existen cier­tas cosas que no puedo contarle a nadie. Pero prometo con­tártelas a ti.

En fin, que esta mañana cuando bajé a desayunar, vi que mamá había colgado guirnaldas por toda la casa. Papá llegó incluso a ponerse un sombrerito de papel y durante un rato estuvo tocando un silbato. ¡Creí que Donna y yo no pararía­mos nunca de reírnos!

Ah, Donna es mi mejor amiga, la mejor en todo el mun­do. Se apellida Hayward, y su padre, el doctor Hayward, me trajo al mundo hace doce años. No puedo creer que por fin haya llegado este día. En la mesa, mamá se echó a llorar y dijo que cuando menos se lo espere yo ya me habré hecho mujer. Sí, ya. Seguro que pasarán años antes de que me venga la re­gla, lo sé. Está loca si se cree que me haré mayor enseguida, ¡sobre todo si para mi cumpleaños sigue regalándome anima­les de peluche!

Hoy todo ha sido tal y como yo quería; sólo estaban Don­na, mamá y papá. Y Júpiter, mi gato, claro está. Desayunamos crepés de manzana, que son mis preferidas, con un montón de tostadas y miel de arce.

Donna me regaló la blusa que vi en el escaparate de los Almacenes Horne, y sé que la compró con sus pagas semanales, porque estuvo ahorrándolas durante mucho tiempo, y no quiso decirme para qué. ¡Es la blusa más bonita del mundo! Es blanca y sedosa, y tiene rositas bordadas por todas partes, pero no tantas como para que parezca recargada. Es perfecta. Cuando sea el cumpleaños de Donna también le voy a regalar algo súper especial.

Mi prima Madeline, Maddy para abreviar, vendrá mañana a visitarnos y se quedará una semana entera. Ella, Donna y yo vamos a construir un fuerte en el bosque y acamparemos allí si mamá nos deja. Sé que papá nos dará permiso. A él le gusta el bosque tanto como a mí. Una noche, soñé que papá nos llevaba a vivir a una casa en pleno bosque, y que delante de la ventana de mi dormitorio había un árbol enorme en el que anidaban dos pájaros cantores.

Querido diario, vuelvo dentro de un ratito, papá me ha pedido que baje. ¡Dice que tiene una sorpresa! ¡Te lo contaré todo en cuanto vuelva!

Con todo mi cariño, Laura

* * *

22 de julio de 1984, más tarde

Querido diario:

¡Jamás adivinarás lo que acaba de ocurrir! Bajé y papá nos pidió a mamá y a mí que subiésemos al coche y que no hicié­ramos preguntas hasta que llegásemos adonde íbamos a ir. Pero mamá se pasó todo el trayecto haciendo preguntas. A mí no me importó nada, porque pensé que a lo mejor de ese modo a papá se le escaparía algún dato, pero no fue así. Yo me que­dé callada para no echar a perder la sorpresa. Cuando para­mos en los establos de Broken Circle, lo adiviné. ¡Papá me ha comprado un pony! Querido diario, no sabes lo hermoso que es, mucho más hermoso de lo que jamás hubiera soñado. Es de color rojo canela y marrón oscuro, y tiene unos ojos dulces y enormes. Mamá no se lo podía creer cuando lo vio, y empezó a preguntarle a papá cómo había logrado salirse con la suya sin que nadie se enterara. Papá dijo que si ella lo hu­biera sabido, habría echado a perder la sorpresa, y tiene razón. A mamá casi le dio un ataque al corazón cuando vio que me metía debajo de las patas del pony para averiguar si era macho o hembra. De un solo vistazo supe que era macho. Ja­más había visto una de ese tamaño. Mamá no conoce a su niña tan bien como ella cree, ¿eh?

Volvamos al pony. Decidí llamarlo Troy, como el pony que sale en el álbum de fotos de la señora Larkin. Zippy, que tra­baja en los establos, dijo que me hará una placa donde ponga Troy bien grande, y que la colgará justo delante para que todo el mundo lea el nombre cuando vea a mi pony. Troy todavía es muy joven para montarlo, pero dentro de dos meses podré cabalgar con él por los campos. Hoy lo paseé un poco y le di zanahorias (papá las llevaba en el maletero) y un terrón de azúcar que me dio Zippy. A Troy le encantó todo. Antes de dejarlo, le hablé bajito en su oreja caliente y suave, y le dije que mañana nos veríamos y que lo escribiría todo sobre él, aquí, en mi diario. ¡No veo la hora de enseñárselo a Donna! ¡Ah, casi se me olvidaba, Maddy también lo verá!

Cuando volvíamos de los establos, papá dijo que Troy y yo cumplimos años el mismo día, porque cuando se regala un pony a una persona que lo va a querer, lo han de compartir todo. ¡Así que feliz cumpleaños para ti también, Troy!

Me alegra no saber de dónde viene, porque de este modo, es como si el cielo me lo hubiese enviado para mí sola.

En fin, querido diario, que mañana será un gran día y esta noche voy a dormir muy bien. Soñaré con Troy y en todo el tiempo que pasaremos juntos. Soy la chica más afortunada del mundo.

Con todo mi cariño, Laura

P.D.: Espero que esta noche BOB no venga.

* * *


1 comentario:

LV-426 dijo...

A Dios pongo por testigo que en cuanto tenga tiempo (cuando dejé el trabajo por ejemplo...) me pondré con esta serie de la que tan bien me han hablado y que ya tengo bajada desde hace tiempo!!!