30 de julio de 1984
Querido diario:Maddy se ha traído un montón de ropa, y me ha pedido que me la probara toda delante del espejo. Se daría cuenta de que andaba un poco deprimida... supongo. Tiene algunas cosas realmente divinas. Me gustó cómo me hicieron sentir. Sobre todo la falda corta y los zapatos de tacón con aquel jersey blanco, tan esponjoso.
Maddy me dijo que me parecía a Audrey Horne. Es la hija de Benjamín Horne, el hombre para el que trabaja mi padre. Benjamín es muy, pero que muy rico. Audrey es una chica guapa, pero es callada y a veces mala. Su padre no le presta mucha atención, y a lo mejor es por eso que ella se comporta como lo hace. Pero conmigo, él siempre ha sido muy atento. Algunas veces me da un poco de pena por Audrey, porque cuando ve que su padre me canta, debe de sentirse triste, porque sale corriendo y no vuelve hasta que su madre la obliga. Otras veces, cuando la veo salir corriendo, me siento bien. Como si yo fuese el centro de atención, como si fuese para él más especial que su propia hija. Sé que no está bien que lo diga, pero lo hago porque soy sincera.
Para ser muy sincera, creo que me gusta mucho el aspecto que tenía con la ropa de Maddy. Dentro de mí, algo empezó a moverse como una burbuja. Es lo mismo que sientes en el tiovivo cuando no estás acostumbrada al sube y baja. Apuesto a que si me vistiera siempre así las cosas serían muy distintas.
Cuando terminamos, Maddy y yo nos fuimos a caminar, pero en camiseta y vaqueros, claro. En Twin Peaks no se ven muchos tacones y faldas cortas, a menos que por todas partes aparezcan carteles anunciando algún baile o fiesta del pueblo. Fuimos hasta Easter Park y nos sentamos en el mirador. Maddy dijo que en su casa la vida marcha bien, «exceptuando la increíble indiscreción de mis padres». Procuro repetir exactamente sus mismas palabras, porque me parece que lo expresó tic maravilla. Dijo que, según ella, en la vida hay montones de cosas que al principio no parecen correctas pero que después una se acostumbra a ellas.
Quizá debería empezar a pensar de ese modo. Quizá debería ser mejor persona y no pensar tanto en lo que me está pasando. Espero que pronto llegue el día en que esto se me dé lo bastante bien como para deshacerme de todas las cosas que tanto me preocupan. Cosas que sólo puedo describir a trozos. Si soy mejor persona, y si cada día me esfuerzo más y más, quizá todo esto funcione.
Con todo mi cariño, Laura
30 de julio de 1984, más tarde
ALGÚN DÍA ESTO DE CRECER SERÁ MÁS FÁCIL.
En lo más profundo hay colinas de mujer
a punto de surgir
Para ver el cielo
y la luna y el sol
Y las estrellitas en la mano negra de un hombre
Algunas mañanas
Me miro y
Veo formarse colinas y valles
Pienso en ríos subterráneos.
Por fuera
Florezco
Por dentro estoy seca
Ojalá lograra entender
El porqué de mi llanto
Ojalá pudiera acabar con este miedo
A soñar que me estoy muriendo.
En lo más profundo hay colinas de mujer
a punto de surgir
Para ver el cielo
y la luna y el sol
Y las estrellitas en la mano negra de un hombre
Algunas mañanas
Me miro y
Veo formarse colinas y valles
Pienso en ríos subterráneos.
Por fuera
Florezco
Por dentro estoy seca
Ojalá lograra entender
El porqué de mi llanto
Ojalá pudiera acabar con este miedo
A soñar que me estoy muriendo.
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